19 oct. El Complejo Las Terrazas, a poco más de 50 kilómetros al oeste de La Habana, es hoy un exitoso proyecto turístico rural de desarrollo sostenible, a juzgar por la satisfacción que cada día expresan sus habitantes y quienes lo visitan.
Yosvany Castillo, subdirector comercial del complejo, expresó recientemente a la prensa que este territorio destina cerca del 16% de las utilidades generadas por el turismo en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Allí –detalló-, existe una dirección comunitaria dedicada a conocer e intercambiar con la población acerca de sus principales necesidades y dificultades. Todo ello, en función de preservar la sostenibilidad del territorio, permitir que se mantengan las áreas embellecidas y la satisfacción de la comunidad.
Justo en eso radica su singularidad, manifestó Castillo, pues la mitad de las personas que viven allí están involucradas en la actividad turística y poseen un profundo sentido de pertenencia. “Cada persona que atiende al visitante se siente dueño del lugar y trabaja en función de la satisfacción de los usuarios”, dijo.
Este complejo tiene grandes atractivos naturales, y además destacan allí las actividades de turismo de aventura. Para quien prefiera esta modalidad está diseñado el Canopy Tour, que cuenta con seis tramos de cable a través de los cuales el cliente puede deslizarse por encima de áreas boscosas y de la misma comunidad.
Asimismo, se puede practicar la observación de aves de más de 100 especies, disfrutar de baños en ríos, u optar por un paseo en bote por sus lagos.
“Nuestro principal mercado procede de Europa: los alemanes y suizos, por ejemplo, gustan mucho de la naturaleza, del contacto directo con la flora y la fauna y las cabalgatas, por solo mencionar unas pocas actividades” añadió Castillo.
Las Terrazas, perteneciente a la provincia Artemisa, está ubicada en la Reserva de la Biosfera de Sierra del Rosario, primera de su tipo declarada en Cuba en el año 1985.
El complejo se fundó en 1994, en coincidencia con la inauguración del Hotel Moka y en correspondencia con los atractivos del sitio con variedad de flora y fauna e ideal para la práctica del senderismo.
Dentro de estas actividades, ponderó Castillo, una de las más singulares es la visita a la ruina del cafetal francés Buena Vista que data del siglo XIX, desde donde el turista puede apreciar una vista panorámica gracias a su altura de 240 metros sobre el nivel del mar y degustar la comida típica cubana.
Como parte de un proyecto de reforestación que comenzó en el año 1968, en esta localidad se sembraron más de siete millones de árboles maderables y frutales y la actividad forestal se desarrolla allí a través de un sistema de terrazas, que le dan nombre.