20 dic. En Cuba, el turismo incide cada vez más en otras ramas económicas e, indiscutiblemente, hay que estar a la altura de su exponencial crecimiento. Al respecto, vale decir que en 2015 la llamada industria del ocio permitió ingresos directos de más de 2 800 000 de dólares. La eficiencia que mantuvo ese sector lo situó entonces como segundo generador de divisas frescas para la Isla.
Pero, visto el compromiso perenne que enlaza a la rama turística con esa palabra tan llevada y traída que es la calidad, entenderemos que los numeritos también hablan y que a ellos hay que acudir comoquiera que el inminente fin del 2016 nos lleva a un pormenorizado análisis de los datos –una vez más históricos-, que hasta ahora han sido publicados.
Según dieron a conocer recientemente las autoridades del Ministerio de Turismo de Cuba (Mintur), se espera el arribo de más de 4 100 000 turistas para 2017 y rebasar los 3 700 000 visitantes antes de que concluya el presente año (es decir, recibir más de 175 000 que en 2015).
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De acuerdo con la directora general de Mercadotecnia del Mintur, María del Carmen Orellana, hasta el cierre de octubre pasado los visitantes internacionales sobrepasaban en un 12% a los del 2015 y la cifra de los tres millones de turistas se había registrado 39 días antes que en ese año.
Mientras Canadá comanda la lista de los volúmenes de visitantes que llegan a la Isla, aparecen los cubanos residentes en el exterior, los estadounidenses y quienes provienen de los tradicionales mercados europeos (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, España) como los de mayores arribos al archipiélago.
La funcionaria Orellana explica que, amén de que se mantiene creciendo el número de norteamericanos que visita el país, el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba sigue impidiendo que lo hagan como turistas y que representen al principal emisor de turistas a la Isla, como ocurre en el resto del Caribe.
Puntualmente, hasta octubre de 2016, sobresalían los registros de visitantes procedentes de Estados Unidos (167,8%), Alemania (145,7%) y Polonia (144,7%). Al mismo tiempo, México y Argentina son los más grandes emisores de América Latina y, entre los motivos de viaje, crecía en un 11,9% el turismo programado y el de los yatistas, en un 333%.
Sin detener la inversión
Junto a las más de 65 000 habitaciones hoteleras que posee el sistema turístico nacional, se cuentan hoy en Cuba más de 17 000 casas particulares y casi una veintena de contratos con cooperativas no agropecuarias que, en opinión de Orellana, posibilitan la mejoría de las ofertas.
Al cerrar octubre de 2016 las habitaciones rentadas en casas particulares registraban un incremento de un 130% con respecto al 2015 y existían un total de 3 138 casas privadas y 441 paladares contratadas por las agencias cubanas de viajes.
A pesar de que, según destaca Orellana, en 2015 comenzaron a funcionar 14 instalaciones, con 2 655 nuevas habitaciones, que se han estado explotando a lo largo del 2016, continúan las inversiones para ampliar la planta hotelera antillana y renovar la existente.
Los inmuebles puestos en explotación recientemente radican en los polos turísticos de Viñales, Cayo Levisa, Matanzas, Cayo Santa María, Cayo Largo, Jardines del Rey, Camagüey y Gibara.
Añade María del Pilar Macías, directora general de Calidad y Operaciones del Mintur, que el reto fundamental está en lograr un turismo más competitivo que, sin desatender los estándares internacionales, se base en la calidad y la innovación.
Durante el año en curso el proceso inversionista se ha centrado en los hoteles avileños Pullman Cayo Coco (192 habitaciones), Villa Iguana (120) e Iberostar Playa Pilar (194); los villaclareños Ocean Casa del Mar (424) y Villa Costa del Sol (8); el Ocean Vista Azul (470), de Matanzas, y el capitalino Manzana de Gómez (200), que espera abrir sus puertas a principios de 2017.
En línea con lo estratégico
Por otro lado, la industria del ocio en Cuba fomenta desde el 2015, a partir de la Cartera de Oportunidades para la Inversión Extranjera, el desarrollo inmobiliario asociado a campos de golf. De 13 proyectos iniciados hasta el momento hay dos ya constituidos con capitales ingleses y chinos, respectivamente: Carbonera S.A. y Bellomonte S.A.
Orellana refiere que los proyectos por constituir tienen socios definidos y que “hoy se trabaja con el Instituto de Planificación Física para la identificación de nuevas parcelas con infraestructura para el desarrollo de ese tipo de iniciativas”.
Especial atención se le brinda en el sector turístico a los productos de náutica y buceo, así como los del turismo cultural, de salud, de naturaleza, y de recorridos y circuitos. En cuanto a la salud, por ejemplo, se insertan los productos y servicios médicos cubanos, dentro y fuera de la Isla.
Al unísono, el Mintur prepara una nueva campaña publicitaria sobre la imagen Cuba para enero próximo, lleva a cabo una de promoción emergente para Canadá, con acciones de alto impacto en medios de comunicación, e impulsa un programa sobre la «herencia cultural y diversidad turística» de las ciudades patrimoniales, dirigido fundamentalmente al público interno.
En cuanto al perfeccionamiento del turismo especializado, trasciende la gestión de permisos para la introducción del parapente en el principal destino de sol y playa del país y la renovación gradual del equipamiento náutico para la realización de excursiones, paseos, pesca y buceo.
Específicamente habría que mencionar la adquisición en 2016 de tres barcos de pesca en Varadero y en 2017, la de catamaranes y lanchas de buceo. Asimismo, se trabaja en la obtención del fondo de cristal en Varadero y Cayo Largo y se han abierto dos nuevas escuelas de kitesurf en Jardines del Rey.
Las autoridades del Mintur han referido, igualmente, la creación de nuevos circuitos como el de motos Harley Davidson, uno musical y otro relacionado con la historia reciente de la revolución cubana. Los alemanes son de los turistas que más prefieren está modalidad.
Otros novedosos productos ven la luz desde el mundo de la cultura, que atiende al desarrollo sociocultural, mediante rutas que siguen los pasos del descubrimiento de las costumbres y los gustos del cubano.