18 abr. A medio camino entre La Habana y Varadero, el Puente de Bacunayagua es considerado como una de las Siete Maravillas de la Ingeniería Civil en Cuba. Este tramo de carretera, de 313,5 metros de largo y emplazado a la altura de 113,5 metros sobre el nivel del mar, salva un profundo obstáculo natural y enlaza, mediante la Vía Blanca, las provincias de Mayabeque y Matanzas.
Fue inaugurado el 26 de septiembre de 1959, y su construcción había comenzado tres años antes. En la colosal obra trabajó un grupo de talentosos ingenieros cubanos, dirigidos por Luis Sáenz Duplace. Fue necesario el uso de atrevidas soluciones debido a las condiciones del terreno, y una de ellas en particular, el sistema de semiarcos Melan, fue adoptada posteriormente en otras edificaciones de Europa y Estados Unidos.
El imponente y hermoso puente de Bacunayagua es el más elevado del país. Es posible obtener una idea más exacta de su altura al compararlo con otra maravilla de la ingeniería cubana: el capitalino edificio FOCSA, que acredita 121 metros desde su base.
Destaca en uno de sus extremos el “Mirador de Bacunayagua”, restaurante-cafetería, sitio ideal para hacer un descanso en el camino, y desde donde los paseantes pueden observar a su gusto las gigantescas estructuras de hormigón del puente. Más abajo, la belleza del panorama circundante deslumbra, pues desde allí se observa en todo su esplendor el exuberante Valle del Yumurí, considerado uno de los más hermosos de Cuba.
Como atributo adicional, sabrosas Piñas Coladas -coctel cubano por excelencia- refrescan y deleitan a quienes se detienen en este mirador, mientras se escucha la música tradicional y los visitantes, cámara en mano, disfrutan con la imagen de las aves que vuelan incluso por debajo del nivel de la vía.
Entre otros atractivos que el viajero puede encontrar a su paso por el mayor de los puentes cubanos, están las caminatas o paseos en botes de remo hasta llegar a la orilla del mar, y luego la degustación de un exquisito almuerzo con platos tradicionales de la isla, acompañados de un espectáculo de música campesina. Hay además, paseos a caballo por el Valle de Yumurí, que terminan igualmente con almuerzos típicos del país.
Con sus casi 65 años, el Puente de Bacunayagua mantiene su importante función de conectar dos de los principales destinos turísticos cubanos. Asimismo, esta estructura es en sí misma un sitio imperdible, una parada obligatoria para quienes recorren las rutas del Occidente de la isla.