10 nov. El valor y trascendencia de la Casa Dranguet, situada en Santiago de Cuba, convierte la institución en un destino imprescindible en la llamada Ruta del Café, un atractivo producto turístico cubano que hoy se promociona a nivel internacional.
De la riqueza que colecciona en su salón de exposición permanente, que algunos llaman «Museo del Café», conocieron periodistas, fotógrafos, turoperadores y otros especialistas de Francia vinculados a la industria turística, en visita realizada para constatar, de cerca, el potencial atractivo que puede tener en el mercado europeo esta institución.
La Casa Dranguet propuso a los visitantes un periplo especializado donde se explica la historia del café desde su llegada a América y a Cuba, pasando por la gran cantidad de aristas relacionados con el cultivo, procesamiento y degustación del aromático grano, hasta llegar a una sala que recientemente estrenada, se muestra las diferentes formas de preparar la famosa bebida, entre las más consumidas en el mundo.
Muy interesante encontraron toda la cultura vinculada al café, que se extiende por la artesanía, las tradiciones que existen en Cuba como son el procesamiento manual (tostado, pilado y colado en el llamado empina´o) y las antiguas maquinarias ya obsoletas a nivel internacional, pero que son evidencia irrefutable de la trascendencia de este cultivo en diferentes naciones.
El cultivo del café ha vinculado a Cuba y Francia desde hace ya varios siglos, un lazo que nos llega hoy convertido en un proyecto internacional llamado Los Caminos del Café, financiado por la Unión Europea, la fundación franco belga Malongo y la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, gracias al cual se restauró la Casa Dranguet y se trabaja hoy en la puesta en valor de la antigua hacienda Fraternidad.
Los visitantes franceses, como parte de su recorrido, además de acercarse a la Ruta del Café, también conocerán de los atractivos de la Ruta del Cacao, periplo que los llevará a destinos como Baracoa, Bayamo, Gibara y otros destinos.
La geografía montañosa de Santiago de Cuba posee una buena parte de las huellas de la inmigración franco-haitiana de finales del siglo XVIII y principios del XIX, un legado que se traduce en antiguas haciendas que, además de ser Patrimonio de la Humanidad, son atractivas a los visitantes pues muestran el esplendor de una época en el Caribe y una herencia cultural que se combina, además, con la atractiva naturaleza de la zona y las numerosas tradiciones, conformando así un producto turístico de características únicas.