25 may. Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba, albergará en breve las dos primeras instalaciones de turismo local sostenible en este país, un concepto que en los últimos tiempos ha ganado terreno a nivel mundial, y que pudiera generar importantes beneficios para los municipios.
Caminatas, senderismo, recorridos a caballo, baños en piscinas naturales, navegación fluvial, bicicletas de montaña... con todas estas opciones, en medio de hermosos paisajes prácticamente desconocidos, estarán disponibles en los centros turísticos Rocío del Sol y Guacamaya, cuya construcción avanza desde hace varias semanas.
Reporta el diario Granma que la iniciativa apuesta por las bellezas naturales que abundan en la Isla más allá de los tradicionales destinos de sol y playa, y tiene el propósito de mostrar una nueva perspectiva para el sector empresarial y su articulación con otros actores, en pro de encadenamientos que ayuden a dinamizar las economías locales.
Rocío del Sol estará enclavado en los bosques de la Empresa Agroforestal Macurijes, en el municipio de Guane, con una biodiversidad fascinante que incluye 16 tipos distintos de orquídeas, 69 de aves y 72 especies forestales. Por su parte, Guacamaya se ubica dentro del patrimonio de la Empresa Agroforestal La Palma, en una zona que deslumbra por sus paisajes y por las leyendas sobre cimarrones que en otro tiempo se asentaron allí, huyendo de la esclavitud.
Ambos llevan nombres distintivos de su región: Rocío del Sol es una planta insectívora rara y hermosa, que crece en los bosques pinareños, mientras que Guacamaya es la sierra del norte de la provincia, escogida para construir instalaciones y trazar senderos.
El Doctor en Ciencias Jorge Freddy Ramírez, profesor del Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo de la Universidad de Pinar del Río, explicó que los dos centros turísticos están en fase de ejecución y constituyen experiencias demostrativas que pueden replicarse en otros territorios.
Cada uno contará con servicios básicos de alojamiento y gastronomía, con 15 cabañas, restaurante y bar-cafetería; además de un centro de visitantes que incluirá recepción, sala de interpretación del patrimonio natural y cultural, biblioteca especializada en temas de naturaleza y cultura local y tienda de souvenires. El diseño arquitectónico rescatará las tradiciones constructivas del campo cubano y materiales como la madera y el guano.
Basados en los valores naturales de los lugares donde se construyen, ambos proyectos pretenden una relación amigable con el medioambiente. Por eso no se realizan movimientos de tierra para levantar las instalaciones. “Todo es hincado sobre horcones y se aprovecha al máximo la luz solar”, explicó Ramírez. Asimismo, se disfruta de la climatología natural, teniendo en cuenta los conceptos de la arquitectura bioclimática.
“En Cuba existen construcciones rústicas y se practica el turismo de naturaleza, pero con el concepto de integralidad que sea parte de un programa de desarrollo turístico local y que esté incluido en la estrategia de desarrollo municipal, no había ninguna instalación” refirió a Granma. “Modificar su objeto social e incorporar la actividad turística les da a las empresas con esas potencialidades, una oportunidad de ampliar su actividad económica, y también al municipio donde radican”, señaló.
El turismo local sostenible de pequeña escala es una práctica internacional que ha crecido a un ritmo acelerado en las últimas décadas. Esto que estamos impulsando ya ha sido demostrado en otros países. Los expertos buscan establecer en Pinar del Río una red de pequeños centros turísticos y otros productos que generen comercialización y competitividad en los mercados internacionales.
En cantidad de visitantes, concluyó el Dr. Ramírez que ello pudiera llegar un día a equipararse con un destino turístico como el Valle de Viñales, con la peculiaridad de que las personas no estarían concentradas en una pequeña área, sino dispersas en toda la extensión de la provincia.