19 jul. Los visitantes extranjeros y nacionales que eligen vacacionar en Jardines del Rey, al norte de Ciego de Ávila -uno de los destinos de sol y playa más prominentes de Cuba- disfrutan hoy de un entorno natural muy protegido, gracias a las medidas implementadas para preservar el medio ambiente. Esas acciones, que forman parte del plan del Estado para el enfrentamiento al cambio climático -conocido como Tarea Vida- se realizan con el objetivo de proteger las dunas de ese emporio, el cual mantiene sus aguas transparentes y arena fina, con un paisaje mucho más bello.
En Cayo Guillermo destacan las pasarelas construidas para cuidar las dunas más altas del Caribe insular: las ubicadas en Playa Pilar, que alcanzan 15 metros de elevación sobre el nivel del mar. De igual manera, se mantiene el control del área para proteger su regeneración natural y reforestación con plantas nativas costeras como incienso, boniato de playa, mate y salvia de costa, entre otras.
También los trabajadores de hoteles como Tryp Cayo Coco, Starfish Cayo Guillermo, Meliá Jardines del Rey y Memories Flamenco Cayo Coco se distinguen por el cuidado ambiental de sus sectores de playas. Este año, el frente costero del hotel Iberostar Playa Pilar recibió la certificación de Playa Ambiental, que otorga el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
Los Jardines del Rey se privilegian con contar en Cayo Coco con las dunas Lomas del Puerto, clasificadas como las segundas en tamaño de la zona caribeña con 10 y 14 metros, y tanto estas como las de Pilar tienen características muy peculiares, pues son colinas estabilizadas que no migran.
Debido al incremento de los sitios de desarrollo programado para Jardines del Rey hasta 2030, el sostenimiento de la actividad turística se concibe sobre la base de la planificación adecuada, para minimizar los efectos negativos del cambio climático.
Igualmente continúan los monitoreos, el fomento de la educación ambiental y la capacitación comunitaria y del personal especializado, en aras de mitigar los perjuicios que provocan en la naturaleza las edificaciones de todo tipo de instalaciones.
En el polo turístico avileño funcionan más de siete mil habitaciones en 18 hoteles, y existe, además, una variada gama de centros de recreación y de servicios.