4 feb. Santiago, la segunda ciudad más importante de Cuba, es un destino imprescindible para quienes buscan descubrir la riqueza cultural y arquitectónica de la isla. Fundada en 1515, esta ciudad ha sido testigo de siglos de historia, y el estilo de sus edificaciones es una mezcla única que va desde el colonial español hasta el modernismo. En este artículo, exploraremos los elementos urbanos y arquitectónicos más destacados de Santiago de Cuba, ideales para incluir en tu itinerario de viaje.
Es el epicentro de la vida social y cultural de Santiago de Cuba. Rodeado de edificios emblemáticos, este espacio es un punto de partida perfecto para explorar la arquitectura de la ciudad. En uno de sus costados se encuentra la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, una construcción neoclásica que ha sido reconstruida varias veces debido a terremotos y ataques piratas. Su fachada con torres gemelas es un símbolo de la ciudad. Frente al parque también se alza el Ayuntamiento, un edificio de estilo ecléctico donde Fidel Castro proclamó el triunfo de la Revolución en 1959. Además, el hotel Casagranda, con su arquitectura colonial y sus balcones de hierro forjado, ofrece una vista privilegiada del parque y es el sitio ideal para disfrutar de un café mientras se observa el bullicio de la ciudad.
Es una de las vías más emblemáticas de Santiago de Cuba. Está flanqueada por casas coloniales con techos de tejas rojas y amplios portales que invitan a pasear. Aquí se encuentra la Casa Natal de José María Heredia, uno de los poetas más importantes de Cuba, que hoy funciona como museo. La arquitectura de esta casa, con sus ventanas de madera y su patio interior, es un ejemplo típico de las viviendas coloniales del siglo XVIII. A pocos pasos de esta calle se encuentra el Museo Emilio Bacardí, fundado en 1899 y considerado uno de los primeros museos de Cuba. Su fachada neoclásica y su colección de arte y objetos históricos lo convierten en una parada obligatoria para los amantes de la cultura y la historia.
Otro de los espacios urbanos que no puedes perderte. Este tranquilo rincón, rodeado de árboles y bancos, es perfecto para descansar después de un día de exploración. En el centro de la plaza se encuentra una estatua de Francisco Vicente Aguilera, uno de los próceres de la independencia cubana. Los edificios que rodean la plaza, muchos de ellos con balcones y columnas, reflejan el estilo arquitectónico colonial y republicano que predomina en la ciudad.
A unos 10 kilómetros del centro de la ciudad se encuentra el castillo San Pedro de la Roca, conocido también como “el Morro de Santiago de Cuba”, una imponente fortaleza construida en el siglo XVII para proteger la bahía citadina de los ataques de piratas y corsarios. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este castillo es un ejemplo destacado de la arquitectura militar española en América. Sus gruesos muros de piedra, sus cañones y sus vistas panorámicas de la costa lo convierten en una visita imprescindible.
Este espacio, construido en la década de 1990, es un ejemplo de arquitectura monumental moderna. En su centro se alza una imponente estatua ecuestre del líder independentista cubano, rodeada por 23 machetes que aluden al reinicio de las guerras libertarias en Cuba, el 23 de marzo de 1878, tras la Protesta de Baraguá encabezada por Maceo. La plaza está flanqueada por edificios gubernamentales y un gran mural que representa escenas de la lucha independentista. Su diseño austero y funcional contrasta con el entorno natural de la ciudad, creando un espacio que invita a la reflexión histórica.
Fundado en 1868, este camposanto alberga los restos de figuras históricas como José Martí, el Héroe Nacional de Cuba; y Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana. El mausoleo de Martí, construido en mármol blanco, es una obra maestra de la arquitectura funeraria y cada media hora se renueva allí una guardia de honor, en pintoresca ceremonia. Además, las tumbas y monumentos del cementerio reflejan una variedad de estilos arquitectónicos, desde el neoclásico hasta el art déco. El cementerio fue declarado Monumento Nacional en el año 1979.
Situado en una colina cerca del centro de la ciudad, es uno de los barrios más pintorescos de Santiago de Cuba. Sus calles empinadas y sus casas coloridas crean un ambiente bohemio y acogedor. Este barrio, de origen francés, fue fundado por colonos haitianos que llegaron a la ciudad a finales del siglo XVIII. Aquí se encuentra la Escuela de Artes Plásticas, un edificio modernista que contrasta con el estilo colonial del resto del barrio.
Para contrastar con la arquitectura histórica, la avenida Victoriano Garzón es un ejemplo de la contemporaneidad en Santiago de Cuba. Esta amplia avenida, construida en la segunda mitad del siglo XX, está flanqueada por edificios de estilo moderno y funcionalista. Su intersección con la Carretera Central marca el final de esta vía interprovincial que parte del Capitolio habanero. Aunque no emana el encanto colonial de otras zonas de la ciudad, es un reflejo de la evolución urbana de Santiago y un lugar interesante para observar la vida cotidiana de sus habitantes.
Para los viajeros que buscan descubrir lugares auténticos y llenos de carácter, Santiago de Cuba es un destino que no defrauda. Su arquitectura, combinada con su vibrante cultura y su gente hospitalaria, la convierten en una parada obligatoria en cualquier viaje a la Mayor de las Antillas.