1ro jun. Tanto para habaneros como para quienes visitan la ciudad, La Rampa es un lugar especial. Dicha vía comprende el tramo final de la céntrica avenida 23, que va desde la calle L hasta el icónico Malecón.
En el punto más alto de La Rampa se encuentra el hotel Tryp Habana Libre, diseñado en 1958 por el conocido arquitecto Welton Becket para la cadena norteamericana Hilton. En el momento de su inauguración fue considerado el más alto de Latinoamérica. Hoy, propiedad de la empresa Gran Caribe y bajo la administración de Meliá Hotels International Cuba, la instalación acoge a numerosos viajeros que se aprovechan de su privilegiado escenario y las impactantes vistas que ofrece de toda la ciudad.
Contrariamente, a la entrada de La Rampa desde el Malecón se encuentra una fuente con cascadas de agua cristalina, espacio muy concurrido en donde es necesario tomarse unos momentos para disfrutar de la brisa fresca y el paisaje del litoral capitalino.
A sus espaldas, en la loma de Taganana se yergue el emblemático Hotel Nacional de Cuba, que conserva todo el esplendor de su arquitectura ecléctica, mezcla de rasgos art decó con influencias de los años 30. A lo largo de sus más de 85 años de historia, el Hotel Nacional ha atraído a centenares de celebridades de las artes, las ciencias y la política, como el primer ministro británico Winston Churchill, los actores Frank Sinatra, Ava Gardner y Marlon Brando, los directores de cine Steven Spielberg, Oliver Stone y Francis Ford Coppola o científicos como el descubridor de la penicilina Alexander Flemming.
Otro de los lugares más destacados de esta zona es el Pabellón Cuba, sede de actividades recreativas dirigidas a niños y a jóvenes y de importantes eventos culturales, como la feria Arte en La Rampa, una de las más importantes de La Habana.
Exactamente en la esquina de las 23 y L, se localiza el icónico Cine Yara. Construido por los arquitectos Emilio del Junco, Miguel Gastón y Martín Domínguez en 1947, con el nombre de Teatro Warner Radiocentro, está considerado uno de los pilares de la arquitectura moderna cubana. Al otro lado de la calle, en la heladería Coppelia, es posible rememorar las escenas de la película de Tomás Gutiérrez Alea “Fresa y Chocolate”, saboreando un helado de sabores tropicales en uno de sus los patios al aire libre o en el interior de su vanguardista edificio central.
Desde el punto de vista urbanístico, esta arteria constituye una articulación y a la vez una transición, entre la zona tradicional de la ciudad y la moderna barriada del Vedado.
Incluso para quienes en ella habitan, -o para quienes simplemente la recorren, admiran y disfrutan- la Rampa resulta siempre novedosa, un símbolo que se distingue en La Habana, la capital de todos los cubanos, que este 16 de noviembre cumplirá 504 años.