16 may. En las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, la centenaria Tumba Francesa –Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad desde el 2003- incentiva la continuidad de un legado enraizado en la identidad cubana.
Estas instituciones tienen sus orígenes en la migración de franceses y franco-haitianos, que con sus dotaciones de esclavos llegaron a la región oriental de Cuba a finales del siglo XVIII y principios del XIX, como consecuencia de la Revolución de Haití. Su creación formó parte de las llamadas sociedades de socorro y ayuda mutua, que adquirieron el peculiar apelativo de Tumba Francesa y que ya a finales del siglo XIX sumaban más de 45 en todo el archipiélago.
Varias han sido las generaciones que han mantenido el legado de la Tumba Francesa, cultivando las costumbres musicales y danzarias desde hace más de 150 años. Otras manifestaciones artísticas surgidas con posterioridad, como las congas y comparsas, se nutren directamente de su influencia.
Describe TV Santiago que sus representaciones se consideran bailes de salón, tal como lo hicieran las familias ricas de la colonia francesa de Santo Domingo. En aquel entonces, se ejecutaban las danzas de la corte parisina de Versalles y muy pronto la población esclava comenzó a imitar estos bailes con los toques de sus tambores. También se apropiaron de los vestuarios, modales en la mesa, apreciación de las artes e incluso en las formas de relacionarse entre sí; y al llegar a la Mayor de las Antillas estas fiestas, sin perder su esencia “afrancesada”, adoptaron rasgos peculiares del medio sociocultural donde se desenvolvían hasta convertirse en elementos musicales y de danza netamente cubanos.
Para resguardar tan valioso patrimonio, exponente genuino de la cultura popular tradicional, se introdujeron en fechas más recientes cambios que favorecen la renovación y permanencia, como la incorporación de mujeres al toque de los tambores -antes privativo de los hombres- y la inclusión más amplia de personas interesadas.
Muy afamadas son la Tumba Francesa La Caridad de Oriente, -con sede en Santiago de Cuba, y que recibe la denominación actual desde el homenaje que en 1905 rindió a la Virgen de La Caridad del Cobre, Patrona de la isla; y la Pompadour, radicada en la provincia de Guantánamo. Aunque es notorio el interés de los viajeros por sus presentaciones, los integrantes de la Tumba Francesa, aspiran principalmente a elevar la acogida y el conocimiento de sus valores artísticos y patrimoniales por los cubanos y santiagueros en particular.