20 jul. Colección de arte de la Universidad de La Habana. Obras escogidas; Grabados mexicanos... y algo más; Elocuencia del silencio. Escultura cubana contemporánea; Servando Cabrera: la memoria de los borrados y La anarquía del espacio, del fotógrafo español Ángel Marcos, son algunas de las exposiciones transitorias que pueden disfrutarse por estos días en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.
Esta institución es una parada entre los muchos sitios de interés que adornan La Habana, y este año llegará a su aniversario 110. Con el nacimiento de este proyecto en 1913 y su posterior cristalización, se marcó un evento trascendental en la cultura cubana. Los 110 años del Museo han corrido parejos con el decursar de la historia nacional y hoy, convertido en un gran templo del arte, continúa encantando a quienes lo visitan.
En los dos edificios principales del Museo -dedicados respectivamente a las obras cubanas e internacionales- se alberga uno de los patrimonios artísticos más importantes de América Latina y el Caribe. En sus salas, los visitantes pueden disfrutar la mayor colección de arte cubano del mundo, así como muestras de las escuelas europeas más sobresalientes y de las épocas antigua, griega, romana y egipcia.
En el edificio de Arte Cubano - antiguo Palacio de Bellas Artes, ubicado en Trocadero, entre Zulueta y Monserrate- se exhiben obras maestras de autores tan destacados como Wifredo Lam, Guillermo Collazo, Amelia Peláez, René Portocarrero, Víctor Manuel García, Carlos Enríquez y Fidelio Ponce. Allí radican también un importante centro de documentación especializada, un teatro, tiendas y cafeterías. Muy llamativa es su arquitectura, donde destacan las fachadas con grupos escultóricos, los semicilindros adosados y las ventanas abiertas al exterior que permiten captar la luz natural.
Por su parte, en la sede de Arte Universal -otrora Centro Asturiano, a solo 400 metros del anterior- acoge una fabulosa exhibición de piezas antiguas, constituida por más de 650 materiales. Sobresale la afamada colección donada por los condes de Lagunillas, donde se incluyen vasos griegos, cerámicas etruscas y relieves funerarios egipcios, entre otros.
Allí, la pintura europea tiene gran protagonismo, con muestras del renacimiento italiano y flamenco, el barroco español, las pinturas francesas del siglo XIX y la escuela británica del siglo XVIII. Atraen, igualmente, la recopilación de pintura colonial latinoamericana y la plástica norteamericana de los siglos XVIII y XIX; junto a los momentos más representativos del arte internacional de fines del XX.
En ambos edificios, el visitante hallará tiendas especializadas donde comprar reproducciones de las más emblemáticas obras de arte, así como otros artículos decorados con esta temática. Es digna de mencionarse, por último, una tercera edificación destinada a la administración y oficinas del Museo. Se trata del antiguo Cuartel de Milicias, construido en 1764: con planta trapezoidal, patio central con pórtico y singular fachada barroca, es parte de la institución desde mediados de la década de 1980.
El Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba cuenta con una variada agenda cultural, que incluye exposiciones transitorias, conciertos y tertulias. Ofrece igualmente visitas guiadas que se programan según solicitud, a través del teléfono 7 863-9484 ext. 105, o al correo: oramis@bellasartes.co.cu.
La institución abre sus puertas de jueves a sábado de 9:00 a.m. a 5:00 p.m, y los domingos, de 10:00 a.m. a 2:00 p.m.