18 feb. En el Oriente cubano, la segunda ciudad de la isla exhibe un variado conjunto de atractivos para los visitantes que se interesan por la historia y tradiciones de la Mayor de las Antillas. Específicamente, los edificios patrimoniales cuentan con un espacio muy significativo en los programas de circuitos que tocan esta urbe.
Entre estas edificaciones destaca el Castillo de San Pedro de la Roca, -conocido popularmente como el Morro de Santiago de Cuba- cuya construcción fue consecuencia de las rivalidades comerciales y políticas en la región del Caribe en el siglo XVII.
Este intrincado complejo de fuertes, baluartes y baterías, es el ejemplo más completo y mejor conservado de la ingeniería militar renacentista adaptada a las exigencias de las potencias coloniales europeas.
San Pedro de la Roca, con sus baterías conexas de La Estrella y Santa Catalina por el canal que conduce al puerto de Santiago de Cuba, y la batería de Aguadores en la cota sur, protege la bahía de Santiago y recibe al visitante para otorgarle una de las más bellas vistas de la región.
Su excepcional ubicación y su adaptación a la topografía ponen al Morro santiaguero en el triángulo de fortalezas diseñadas por los famosos arquitectos militares (padre e hijo) Bautista y Juan Bautista Antonelli. Completan la trilogía el Castillo de los Tres Reyes en La Habana y el Castillo de San Sebastián en San Juan (Puerto Rico).
Su construcción se inició en 1638, durante el gobierno de don Pedro de la Roca y Borjas, -de ahí su nombre-. Fue el eslabón fundamental del sistema defensivo costero de Santiago de Cuba durante la etapa colonial, que desde principios del siglo XVII tuvo por objetivo la protección de la ciudad de los ataques de corsarios y piratas.
Sin embargo, durante las Guerras de Independencia, la fortaleza fue considerada obsoleta desde el punto de vista defensivo y estuvo destinada por el gobierno español a prisión militar. En sus celdas estuvieron prisioneros muchos patriotas cubanos, entre los que se encuentran los Mayores Generales Bartolomé Masó, Flor Crombet y Pedro Agustín Pérez, el General José Ramón Leocadio Bonachea, e intelectuales como don Emilio Bacardí Moreau y también mujeres que se integraron a la causa independentista, como Dominga Moncada.
El 3 de julio de 1898 el castillo fue testigo de la Batalla Naval de Santiago de Cuba, ocurrida entre la escuadra española comandada por el Vicealmirante Pascual Cervera y una escuadra norteamericana.
Este hecho histórico puso fin al dominio colonial de España en América. Luego de concluida la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, la fortaleza fue ocupada por el ejército estadounidense, y en 1904 se registró como propiedad del Estado Cubano.
Tras su restauración, el 23 de julio de 1978 se inauguró en su interior un Museo. En 1979 fue declarado Monumento Nacional, por Resolución de la Comisión Nacional de Monumentos del Ministerio de Cultura de Cuba.
Para el 6 de diciembre de 1997, en la XXI Sesión del Comité del Patrimonio Mundial realizada en Nápoles, Italia, quedó inscripto en la lista del Patrimonio de la Humanidad, conjuntamente a otros componentes del Sitio Histórico.
Hoy, el Castillo de San Pedro de la Roca recibe visitas de grupos guiados o independientes, y exhibe en sus salas, baluartes y explanadas numerosos objetos y armamento de la época colonial, además de los impresionantes paisajes de la bahía que domina.
En sus terrenos, cada tarde se ejecuta la tradicional ceremonia Con la Puesta del Sol, que consta de tres momentos: la guardia de honor a la bandera, el disparo del cañón y un grito de ¡Cuba Libre!
La histórica fortaleza, símbolo de la ciudad, es para los santiagueros, turistas nacionales y extranjeros un sitio obligado de visita, donde se conjuga el atractivo colonial con los acontecimientos históricos contemporáneos.
El 18 de Febrero de 2021 a las 20:47 Mirtha Elena Fornaris Hernández comentó:
Extraordinario y hermoso lugar en especial su zona geográfica muestra un paisaje sin igual. Otra de las joyas de la hermosa e inigualable ciudad de Santiago de Cuba.