19 mar. En el centro sur de Cuba, el Valle de los Ingenios destaca en la preferencia de los viajeros como uno de los sitios históricos y culturales más famosos de la región. Cercano a la villa de Trinidad, comparte con esta la condición de Patrimonio de la Humanidad otorgada en el año 1988.
Allí, el sitio arqueológico San Isidro de los Destiladeros ofrece una propuesta museográfica donde el espectador vive una novedosa experiencia a través de la tecnología. La antigua casa-hacienda del ingenio azucarero alberga dispositivos electrónicos y otras novedades digitales que contrastan con las señales que le ha dejado el paso de los siglos.
Según refiere el diario Escambray, se trata de un museo de nuevo tipo y el primero con esas características en el centro de la isla. Es fruto de la colaboración entre la Red de Oficinas del Historiador y Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, con fondos de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude). Sus distintas salas temáticas cuentan con pantallas táctiles interactivas y otros recursos electrónicos.
Claudia Rebeca Guzmán Calzada, especialista principal del museo que recién abrió sus puertas, explicó: “existen varias salas; entre ellas una dedicada a la historia del ingenio que estuvo activo por 83 años, desde 1806 hasta 1893; otra que hace referencia a la producción de azúcar y a las principales maquinarias introducidas en Cuba y particularmente en el Valle de los Ingenios durante los siglos XVIII y XIX, además de otras estancias que muestran la decadencia y posterior renacer del sitio”.
Varios dispositivos móviles se encuentran a disposición del visitante para acompañarlo durante el recorrido. “Pero si tiene un teléfono con sistema operativo Android —detalló Guzmán— puede activar una wifi interna y descargar la aplicación San Isidr,o con toda la información sobre el sitio en cinco idiomas: español, inglés, francés, ruso y alemán. Paneles con dimensiones aumentadas ilustran cómo fueron reconstruidos los detalles”.
Entre otras novedades tecnológicas, dos de las salas cuentan con unos dispositivos táctiles llamados “quioscos”, manipulables digitalmente. “Uno contiene un diccionario de los términos utilizados por los esclavos en los distintos ingenios de Cuba, igualmente en cinco idiomas; y el otro muestra el devenir arqueológico del sitio con toda la información de los talleres realizados desde hace más de dos décadas”, refiere la especialista.
En otro de los espacios se ubican pantallas táctiles interactivas que, a través de juegos, ofrecen al visitante determinadas pautas para facilitar su comprensión en torno a la historia nacional y local, como complemento de lo aprendido durante el recorrido; primero por todas las áreas del antiguo ingenio descubiertas tras años de excavaciones, y luego, mediante un sugerente viaje al pasado, gracias a la tecnología.
Finalmente, una tienda dedicada a promocionar diferentes artesanías y el pequeño salón de eventos se integran a la novedosa propuesta.
Desde inicios del año 2000, los encantos de San Isidro de los Destiladeros emergen gracias a las labores arqueológicas de la Oficina del Conservador de la ciudad de Trinidad y el interés turístico que suscita esta joya de la historia cubana.