16 nov. La ceiba de El Templete -edificación situada en la capitalina Plaza de Armas, en el sitio fundacional de la ciudad – recibe hoy sus primeras celebraciones por el aniversario 497 de San Cristóbal de la Habana. Tres vueltas a su alrededor garantizan, según la creencia, paz, prosperidad y progreso.
De todas partes de la capital, incluso de otras provincias, los cubanos continúan dando vida a una tradición tan antigua como la propia Villa. Cuestiones de salud, deseos de toda índole y hasta solución de conflictos maritales se le “piden” a este árbol de gran significación para las religiones afrocubanas
Leyendas, creencias, historias pasadas.
Sobre esta ceiba se han tejido disímiles leyendas, que incluso en siglos pasados se consideraron “apócrifas”. Tal fue el caso del patriota villareño Antonio Miguel Alcover (1875-1915), según cuyas consideraciones los cubanos no debían reverenciar este supuesto árbol bajo cuya sombra “se habrían arrodillado, sin fe ni sentimientos nobles, algunos sátrapas de los que, como Tacón, Balmaseda y Weyler, pisaron y ensangrentaron nuestro suelo”.
Por otra parte, el sabio Manuel Pérez Beato (1857- 1943), quien en los últimos años de su vida fue historiador de La Habana, también se opuso al ritual alrededor del árbol, por considerar que tenía una connotación ominosa, pues aquí azotaban a los “delincuentes”, que incurrían en determinadas penas.
En honor a la verdad, los azotados no eran otros sino los negros esclavos criollos o africanos sorprendidos hurtando casabe para vender o alimentarse, quienes eran condenados a cien latigazos amarrados al tronco descomunal, de gran sacralidad.
Otros enfoques de la ceiba y el monumento de El Templete han existido. No obstante, el sabio etnólogo cubano Don Fernando Ortiz, según narra la literatura consultada, ofreció un giro radical en las creencias que se tenían hasta esos momentos. En su opinión, el simbolismo de la ceiba no era eminentemente religioso.
“Creemos que la ceiba del Templete —afirmó categórico— fue el emblema de la municipalidad de la villa de la Habana y el más antiguo y permanente emblema de libertades ciudadanas que conservamos en Cuba”.
Nueva ceiba y antigua tradición
Desde entonces ha llovido mucho, más la tradición se mantiene, no solo por quienes practican alguna religión sino por todos aquellos que siembran sus esperanzas en que las tres vueltas, los deseos y el dinero depositado en sus raíces puedan dar resultados.
Cada 16 de noviembre —fecha en que se fundó San Cristóbal de La Habana— el lugar es visitado por cientos de personas, que desde la noche anterior esperan para realizar el ritual.
A principios de este año un acontecimiento singular detuvo allí la mirada: una brigada de la empresa constructora Puerto Carenas, de la Oficina del Historiador de la Ciudad retiró en la mañana del martes 9 de febrero la ceiba que ya llevaba 56 años en el sitio, debido a su marcado deterioro por los estragos de las termitas.
Según se cuenta, la primera de estas ceibas murió a mediados del siglo XVIII, y a partir de entonces tales ejemplares han sido reemplazados varias veces.
Hoy en El Templete, todavía no muy frondosa por su “juventud”, vive la sembrada en marzo de este año —apenas un mes y unos días luego de haber sido desenterrada la anterior—, que sin dudas continuará siendo todo un ícono de la Ciudad Maravilla, a la cual le han cantado los más inspirados poetas y compositores.