29 oct. Con el arribo el pasado viernes del primer vuelo de la aerolínea Azur Air al Aeropuerto Internacional de Cayo Coco, aumenta la llegada de turistas rusos al balneario cubano Jardines del Rey. Motivados por los encantos naturales que ofrecen los cayos del norte de la central provincia de Ciego de Ávila, llegaron en esta ocasión inaugural más de 300 visitantes procedentes de diversas ciudades del país euroasiático.
Según Mariuska Martínez, especialista del Ministerio del Turismo en el territorio, este vuelo tendrá una frecuencia cada 10 días y como receptivo a la agencia de viaje Gaviota Tours. Puntualizó la especialista que, desde hace dos años, turistas rusos llegan hasta los cayos Coco y Guillermo atraídos por la posibilidad de practicar kitesurf, pues además de mostrar destreza en ese deporte extremo, pueden recibir cursos de capacitación y aprendizaje de la disciplina.
El aeropuerto de Cayo Coco recibió una reparación capital luego de los daños ocasionados por el huracán Irma y hoy exhibe una nueva imagen, mejor confort y una decoración más acogedora. Inaugurada en diciembre de 2002, la terminal aérea sobresale por la eficiencia y calidad de los servicios y según encuestas realizadas alcanza un alto por ciento de aceptación de los visitantes.
Actualmente el aeródromo recibe operaciones de las líneas Sunwing, Transat, Air Canada, Cubana de Aviación, Thomas Cook y Blue Panorama, y en lo que resta de temporada se incorporará un vuelo desde Polonia.
La región turística prepara condiciones para la etapa invernal que comienza en noviembre próximo, cuando entrará en funcionamiento un nuevo hotel en Cayo Guillermo, el cual será administrado por la compañía cubana Gaviota y la cadena de alto lujo Kempinski.
Con la puesta en funcionamiento de la nueva instalación Jardines del Rey elevará a unas 8 640 las habitaciones para el turismo internacional, comprendidas en 18 hoteles y 4 villas de recreo.
El 30 de Octubre de 2018 a las 16:42 Dane comentó:
Y la playa Santa Lucía Camaguey, sigue olvidada😟 Que triste ver un polo turístico deteriorandose poco a poco.