Cayo Coco, una “Isla en el Golfo” que enamoró a Hemingway

Cayo Coco, una “Isla en el Golfo” que enamoró a Hemingway

19 sep. Durante casi cinco siglos, piratas, carboneros y pescadores fueron los únicos visitantes del conjunto de cayos situado al norte de la provincia Ciego de Ávila en Cuba. Este grupo de islotes, nombrado Jardines del Rey por el conquistador Diego Velázquez en honor al monarca Fernando el Católico de España, resulta hoy punto de referencia al hablar de bellezas naturales y turismo en Cuba.

Su principal isla es Cayo Coco, que con sus 370 kilómetros cuadrados es la cuarta en extensión del archipiélago cubano. Desde hace algunas décadas, sus características paradisíacas están al alcance de visitantes de todas las latitudes mediante un abarcador y bien concebido programa de desarrollo, que lo ha convertido en uno de los más solicitados destinos turísticos del Caribe. 

En Cayo Coco, playas vírgenes de arenas finísimas y aguas cristalinas, la segunda barrera coralina del mundo -de 400 km de largo- y las dunas más significativas de Cuba se combinan con una abundante biodiversidad que incluye 180 especies de aves -la mayoría endémicas- y unos 340 tipos de plantas tropicales y costeras. Destaca la gigantesca colonia de flamencos rosados, con alrededor de 30 000 individuos de impactantes colores, que pueden ser vistos incluso desde el terraplén que enlaza el cayo con la Isla Grande.

Sol, arenales, deportes náuticos y el irrepetible ambiente que proveen sus confortables hoteles; son algunas de las características que distinguen la zona. Desde la apertura del primer hotel en Cayo Coco en 1993, el interés por visitar la región crece aceleradamente y hace que el enclave figure entre los primeros de la nación -junto a La Habana, Varadero y Holguín- en las llegadas de viajeros foráneos. Un aeropuerto internacional en el mismo cayo, marinas y carreteras sobre el mar, que se conectan con la red vial del país, permiten el acceso a este privilegiado rincón.

Por todos estos atributos Jardines del Rey y su cayo principal ofrecen un destino de playa y naturaleza muy particular, que muestra además, como fortaleza frente a otras regiones del Caribe, la excelente conservación de sus ecosistemas, la alta preparación de su fuerza de trabajo y un confort acorde a las más elevadas exigencias.

Este destino cubano impresionó especialmente al Premio Nobel Ernest Hemingway, quien solía recorrer a bordo de su yate “Pilar” las costas y canales, practicando la pesca deportiva o en la búsqueda de submarinos alemanes hundidos durante la II Guerra Mundial. Años más tarde, el escritor inmortalizó las bellezas de la zona en su famosa novela Islas en el Golfo, publicada en 1970.