19 feb. La cultura cubana conmemora hoy a uno de sus máximos exponentes: Bartolomé Maximiliano “Benny” Moré, en el aniversario 58 de su fallecimiento.
Nacido el 24 de agosto de 1919 en Santa Isabel de las Lajas (provincia de Cienfuegos), sobre su figura y talento musical se han tejido innumerables historias. Conocido como “el Bárbaro del Ritmo”, fue el mayor de 18 hermanos y desde pequeño aprendió no sólo tocar los tambores tradicionales afrocubanos sino también a interpretar el son, la guaracha y la rumba.
En 1940, Bartolomé Moré llega a La Habana, donde pasó cuatro años cantando en cafés, bares, hoteles y restaurantes. Su golpe de suerte llegó al presentarse en el concurso radial “la Corte Suprema del Arte” donde obtuvo el primer premio, y ganó también un trabajo en la emisora CMZ. Por esas fechas, Siro Rodríguez, integrante del Trío Matamoros, lo escuchó cantar y quedó muy impresionado, circunstancia a la que se unió una transitoria indisposición del propio Miguel Matamoros para lograr que el joven Benny fuese escogido para integrar –primero por unos días y luego de forma permanente- el afamado conjunto.
A partir de ese momento, su carrera se puede catalogar de vertiginosa. No sólo tuvo un trabajo duradero, sino que realizó sus primeras grabaciones en discos de 78 revoluciones por minuto, y realizó en 1945 su primer viaje a México, país donde se consagraría como músico popular.
Cuando terminó el contrato, el Conjunto Matamoros retornó a La Habana, pero sin Bartolomé, quien decidió probar fortuna solo en México. Al comunicarle su decisión a Miguel Matamoros, éste le recomendó cambiar su nombre y comenzó a llamarse Benny Moré. En 1946 Benny se casó con Juana Bocanegra Durán y el padrino de la boda fue el afamado cantante mexicano Miguel Aceves Mejías.
La entrada de Benny Moré en 1948 como primer vocalista de la posteriormente célebre gran orquesta de Dámaso Pérez Prado, resultó trascendente para su trayectoria. Con esta agrupación grabó más de 60 discos entre ellos: Bonito y Sabroso, Mucho corazón, Pachito e´che, Ensalada de mambo, y popularizó los temas Francisco Guayabal y Mulata.
La nostalgia por su familia, amigos, y el deseo de obtener laureles en su Isla, donde consideraba no era conocido lo suficiente, le hicieron regresar a Cuba a finales de 1950. En 1952 grabó con la Orquesta Aragón de Cienfuegos, a la que ayudó a introducirse en el mundo musical habanero.
Ya con fama y prestigio bien ganados, decidió formar su propia orquesta con él como director, compositor y cantante. No le fue difícil agrupar, en julio y agosto de 1953, a algunos de los mejores instrumentistas del país, para formar la Banda Gigante. Así se hizo maestro de géneros tan reconocidos como el bolero, el son o el mambo.
Este Bárbaro no solo buscó el ritmo, sino al pueblo en sus textos y música. Fue un insigne artista que, según afirman sus estudiosos, dejó constancia de su voz al grabar sus discos desde 1940 hasta 1963, año en el que fallece. La discografía de Benny Moré cuenta con unos 250 registros, un récord para un artista cubano de su época. Entre ellos destacan Maracaibo oriental, Qué bueno baila usted, Las mulatas del Cha Cha Chá, Santa Isabel de las Lajas, Hoy como ayer y Cienfuegos.
A medio camino en el Paseo del Prado de Cienfuegos, una estatua a tamaño natural de Benny Moré acompaña a los paseantes. También, en La Habana, el Salón Rosado de la Tropical –importante sede de conciertos de música cubana- lleva el nombre de esta leyenda de la auténtica Cuba, cuya inigualable voz continúa haciendo bailar, al son de sus ritmos, a visitantes junto a lugareños, con iguales entusiasmo y emoción.
El 23 de Febrero de 2021 a las 22:40 Oydelin comentó:
Me encantaría tener la oportunidad de ganar este solteo y poder estar en su bello otel saludos