15 ago. El sector turístico cubano, con aspiraciones de consolidar una afluencia anual superior a los 3,5 millones de personas, apuesta por el diseño de opciones capaces de aportar valores agregados a las tradicionales ofertas de sol y playa.
Las cálidas aguas que rodean a la mayor de Las Antillas, complementadas con extensas zonas de arena, constituyen un atractivo difícil de ignorar por aquellos visitantes que acuden cada año a la isla.
No obstante, la existencia de oportunidades para el turismo de aventuras y de naturaleza en sus diversas modalidades surge con fuerza en el amplio catálogo de oportunidades recreativas.
Entre las alternativas está la creciente práctica del denominado kite surf, apoyada con la apertura de tres escuelas internacionales en el destino turístico de Jardines del Rey.
Los expertos aseveraron que en las playas de los cayos Coco y Guillermo hay potencial para esa modalidad debido a las corrientes de aire.
A lo anterior se añade el inmersionismo, respaldado por los ecosistemas marinos del archipiélago cubano, famosos por su dimensión, variedad, niveles de endemismo y estado de conservación.
Unas mil especies de peces, 58 de corales, 160 de esponjas, moluscos, crustáceos y gran variedad de plantas, conviven en el arrecife coralino que rodea su ancha y relativamente poco profunda plataforma submarina, la cual se sumerge en las cálidas aguas del océano Atlántico, al Norte, y del mar Caribe, al Sur.
Mientras, eventos de las más diversas características ocupan espacios en la agenda turística cubana, convertidos en escenarios capaces de despertar el interés de los visitantes.
En esa relación destaca la Primera Edición del Campeonato Internacional Open de Apnea Jump Blue 2016, a celebrarse en el hotel Memories Jibacoa en los últimos meses del año.
Además, se incluyen citas especializadas como el V Concurso Internacional de Fotografía de Naturaleza, con sede en el Paisaje Natural Protegido Topes de Collantes.
Esta área protegida se destaca por la riqueza y exclusividad de su biodiversidad, con un atractivo paisaje conformado por exuberantes bosques, múltiples ríos y arroyos con caprichosos saltos de aguas y pozas naturales.
A todo ello se añaden los ecosistemas de montaña del país caribeño, pues la isla cuenta con cuatro macizos montañosos que ocupan aproximadamente el 21 por ciento de la superficie total de la isla, además de acoger al 37 por ciento de las zonas boscosas.
Las montañas de Cuba y particularmente las orientales, están consideradas entre los centros de evolución, dispersión y endemismo más importantes de las Antillas.
Precisamente esa peculiaridad responde al hecho de ser los territorios que más tiempo han permanecido emergidos durante el nacimiento del archipiélago, por lo cual se beneficiaron de una evolución prolongada de la flora y fauna.