De La Habana, dos calles peculiares

De La Habana, dos calles peculiares

3 abr. Dentro del amplio abanico cultural que ofrece Cuba a quienes la visitan, destacan dos peculiares callejuelas en la capital, muy apreciadas por turistas y paseantes de la zona: los callejones de Hamel y de los Barberos.

En sus espacios -pequeños pero sumamente atractivos- el viajero curioso encuentra un entorno colorido y sumamente cuidado, que reproduce elementos de la tradición musical, danzaria y popular de La Habana.

El Callejón de Hamel es cosmopolita y animado, con bailes de origen africano todos los domingos al mediodía.

Se trata de un centro de paseo y adoración, relacionado con la Santería o Regla de Ocha, religión con base en las antiguas creencias de los esclavos africanos que fueron traídos a la isla durante los siglos coloniales. Hoy en día se desarrolla allí un proyecto de cultura comunitaria iniciado por el pintor cubano Salvador González.

Pinturas, símbolos religiosos y nacionales acompañan los edificios y casas que cubren ese escenario. El color inunda mediante dibujos en portones, rejas, fachadas y hasta en los cierres de algunas viviendas, donde también se leen refranes, aforismos y citas de célebres personajes como el Héroe Nacional José Martí.

Estos detalles se entrelazan en el callejón, cuyo nombre proviene del estadounidense-franco-alemán Fernando Belleau de Hamel, transportista de armas durante la Guerra de Secesión (1861-1865), quien luego se instaló en ese lugar.

Por su parte, el de Los Barberos surge como fruto de la imaginación del peluquero cubano Gilberto Valladares (Papito). Dicho estilista es el máximo impulsor de ArteCorte, proyecto de rescate social para la Habana Vieja, cuyas actividades tienen lugar en este callejón.

Inaugurado en 1999, ArteCorte se inició en la casa de Papito, quien vive en el callejón, y expandió su influencia con el apoyo de la Oficina del Historiador de La Habana, para fundar una escuela de barbería y peluquería gratuita para jóvenes del área.

Hoy, ArteCorte comprende no solo establecimientos privados, resultado de la apertura económica en Cuba; sino también un exitoso plan comunitario que ha logrado unir este barrio habanero a través de proyectos para los abuelos y los niños, la creación de grupos artísticos y de fútbol.

Aquí es posible descubrir el Museo de los Peluqueros, que exhibe curiosos y antiguos objetos de este oficio. Por su parte, los interesados en un cambio de look pueden pasar por un bello salón donde relojes, cajas registradoras y viejos sillones de barberías, forman parte del decorado.

En este callejón también se encuentran  un parque infantil, una sala de expo-venta de obras plásticas y un curioso bar-restaurante llamado El Fígaro, que ofrece sabrosos platos de la cocina cubana e internacional.

Las direcciones:

Callejón de Hamel: Barriada de Cayo Hueso, entre las calles Aramburu y Hospital.

Callejón de Los Barberos: Calle Aguiar entre Peña Pobre y Avenida de las Misiones.