15 feb. Un panorama de la naturaleza y el cuidado medioambiental lo ponen en el turismo cubano los cayos: pequeños islotes con flora y fauna propias y fascinadoras playas, cuya belleza y variedad de facilidades para la náutica y el buceo los convierten en un atractivo especial para quienes recorren la Mayor de las Antillas.
Muchos son los viajeros que prefieren estos sitios y repiten su visita una y otra vez, cautivados por el encanto de estas islitas, sus paisajes y su infraestructura turística.
JARDINES DEL REY
Constituye uno de los polos de recreo más atractivos de Cuba sobre todo para canadienses, británicos y argentinos, debido a sus características naturales y al desarrollo de infraestructura y servicios adecuados a los reclamos del mercado recreativo mundial. El nombre Jardines del Rey, convertido en su marca, agrupa a varios cayos con potencial turístico en el archipiélago Sabana-Camagüey, denominación que se debe al español Diego Velázquez, quien entre 1513 y 1514 quiso rendir honores al Rey Fernando el Católico. Por tanto, ese nombre resultó la denominación oficial de esos lares hasta principios del siglo XX. Lugar solo frecuentado en su momento por carboneros y pescadores con asentamiento temporal, se conformó en lugar ideal para unas vacaciones perfectas. Fue inmortalizado por el escritor estadounidense Ernest Hemingway en el libro Islas en el Golfo. Se trata de un conjunto de cayos con mucho colorido. Cayo Coco es el principal eje de la zona, cuyo nombre se debe al pájaro Coco o Ibis del bosque, blanco y de pico curvado. Pero por el lugar también aparecen los cayos Guillermo y Paredón Grande, incluidos en los planes de desarrollo turístico con una potencialidad de hasta 22 mil habitaciones. Coco es la cuarta isla en extensión del archipiélago cubano, con 370 kilómetros cuadrados y 22 kilómetros de playa. Cayo Guillermo posee 13 kilómetros cuadrados y casi seis de playas, entre estas El Pilar, con la mayor duna arenosa del Caribe (15 metros de altura).
CAYO LARGO DEL SUR
Este fue en su momento un rincón apartado de Cuba. Dotado de un colorido particular, sus playas y escondrijos significaban espacio digno para el turismo y la protección ambiental. Como paraíso terrenal, la recreación marinera destapó una moda de visitarlo, privilegio particular que con el tiempo transformó este destino en plaza ideal para viajeros en busca de silencio, intimidad y bellezas naturales. Ubicado en la porción sur-occidental cubana, tiene historia, magia y un futuro que quieren depararle las autoridades turísticas, sobre todo de parte de elementos como la fotografía sumergida, los paseos y las vacaciones más activas posibles. Su bautizo se debe a su forma geográfica alargada, como parte del Archipiélago de los Canarreos, en su extremo Este. Es el más grande del grupo de los Jardines y Jardinillos, conocidos en su momento por los exploradores españoles. Se trata de un escenario muy llano, sin alturas notables, con unos 50 pies sobre el nivel del mar y una superficie de 38 kilómetros cuadrados, con 27 kilómetros en su porción más larga.
CAYO SANTA MARÍA
En la región centro-norte cubana, constituye la más emblemática propuesta del turismo cubano, moda bien justificada, debido a sus bellezas e infraestructura. Paisaje, infraestructura adecuada y una culinaria que resalta las recetas de la tradición criolla, adecuada a los valores de salud como patrones mundiales, caracterizan a este punto de la nación caribeña.
Se trata de un islote de arenas blancas y aguas sumamente limpias, características que acompañan a otros cayos, no menos famosos, de su alrededor como de Ensenachos y Las Brujas. En particular, Cayo Santa María cuenta con 13 kilómetros de largo y dos de ancho, para transformarlo en el más importante del grupo geográfico, con 18 kilómetros cuadrados. Sus playas alcanzan 11 kilómetros, con nombres significativos como Perla Blanca, Las Caletas, Cañón y Cuatro Puntas. Cayo Las Brujas alcanza 6,7 kilómetros cuadrados, con cuatro kilómetros de largo por 1,9 de ancho; es refugio de flamencos, iguanas, cangrejos y de muchos peces; en él se ubica un aeropuerto de enlace. Con una imagen y forma de herradura, Cayo Ensenachos posee dos playas ineludibles: Ensenachos y El Mégano, con 22 especies endémicas en cuanto a flora y 39 de la fauna, antaño asentamiento aborigen y perfecto recodo para el descanso.
Con información de Caribbean News Digital