25 jul. Cada atardecer, los flamencos rosados que habitan en el sur de Cayo Coco protagonizan un impresionante espectáculo, cuando emprenden vuelo para trasladarse a sus refugios nocturnos. La diferencia en los colores de su plumaje y que vuelen en bandadas muy bien organizadas, llama la atención de cuanto visitante acude a este paraje situado en el litoral norte de la región central de Cuba.
Precisamente estos plumíferos constituyen de los principales símbolos en el polo turístico cubano Jardines del Rey, por ser un elemento natural de alta significación, debido a que existe allí una de las más numerosas colonias del flamenco rosado en Cuba.
Debido a su color llameante, algunos expertos vinculan el origen de su nombre con la palabra francesa "flame". Conocidos científicamente como Phoenicopterus ruber, se alimentan de insectos, crustáceos, moluscos y de otros invertebrados marinos, semillas y algas.
Por ser aves muy llamativas, los flamencos adornan con su elegante silueta las lagunas sureñas de Cayo Coco, adonde arriban los turistas a través de senderos ecológicos a observarlos y tomarles fotos.
Quizás uno de los primeros impresionados por esas grandes aves fue el Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, quien las describió muy bien en su libro Islas en el Golfo: "había encontrado el lugar a donde venían los flamencos con la marea alta. Eran hermosos, con el agudo rosado de su color contra el fondo gris de la orilla y sus delicados y rápidos movimientos hacia adelante al comer, y tenían la terrible y hambrienta impersonalidad de las aves vadeadoras".
Este vistoso plumífero habita en inhóspitos humedales de agua marina, vinculados a las salinas donde abundan troncos secos, cortezas y lodo cuarteado por el sol.
Por ello se les encuentra en la Bahía de los Perros, al sur de Cayo Coco, un lugar ideal para que vivan y se reproduzcan. Allí retornaron luego de que en el 2012 se recuperara el estuario, antes afectado por fenómenos naturales y obras constructivas.
En Cuba, el flamenco figura entre las especies amenazadas, pero la aplicación de programas y leyes para su protección y reproducción ha favorecido el incremento de sus ejemplares en los últimos años.
La fauna cubana cuenta con otras aves muy bellas, pero pocas logran superar el atractivo del flamenco rosado. Se asegura que en el norte de las provincias de Ciego de Ávila (Cayo Coco) y Camagüey (el Rio Máximo) habita su mayor colonia en América Latina y el Caribe.
Es imprescindible preservarlos de modo que continúen dando la bienvenida a los naturales y a cientos de turistas que cada año visitan el balneario cubano de Jardines del Rey.