24 mar. Enclavado sobre una colina a aproximadamente 2 kilómetros del pueblo de Viñales, el hotel Horizontes La Ermita se distingue por su ubicación privilegiada, que regala a los huéspedes vistas panorámicas inmejorables. El diseño de este inmueble, integrado con discreción a su entorno, evita el impacto visual que caracteriza a los grandes complejos turísticos y respeta la esencia rural de este destino en el Occidente de Cuba.
Horizontes La Ermita es ideal para los viajeros que buscan confort y cercanía a los principales atractivos del valle. Ofrece las mejores perspectivas para admirar el paisaje y los mogotes; cuenta con 62 habitaciones equipadas con aire acondicionado, baño con ducha, caja fuerte, televisión por satélite y balcón o terraza. Aquí se prioriza la conexión con la naturaleza: numerosos senderos ajardinados serpentean alrededor del edificio, invitando a paseos matutinos o al simple disfrute de la brisa cubana.
La piscina es uno de los puntos fuertes del hotel, sobre todo en los atardeceres cuando el sol tiñe la región de tonos ocres y verdes; igualmente, su restaurante especializado en comida criolla y campesina invita a pasar una velada saboreando platos típicos de la zona. Diferentes regímenes de alojamiento (solo desayuno, media pensión y pensión completa) están al alcance de los viajeros. La tranquilidad que respira esta instalación y las excursiones disponibles en su buró de reservas—desde visitas a fincas tabacaleras hasta cabalgatas— la convierten en una base estratégica para explorar el valle.
Entre los lugares de interés que destacan en los alrededores del hotel Horizontes La Ermita, se cuentan las siguientes:
Viñales: más que un paisaje
Viñales no solo es famoso por su producción tabacalera, sino también por su singular geomorfología dominada por los mogotes -formaciones cársicas únicas en el Caribe-. Estas elevaciones, que pueden alcanzar hasta 400 metros de altura, se formaron hace millones de años y albergan una rica biodiversidad con numerosas especies endémicas. Su silueta redondeada, cubierta de vegetación, crea un paisaje onírico que ha inspirado a artistas y viajeros, convirtiéndose en el símbolo indiscutible de esta región cubana.