28 mar. En Trinidad, otrora emporio azucarero de Cuba en el período colonial, el Ministerio del Turismo (Mintur) impulsa la restauración de inmuebles con peculiares valores patrimoniales.
Por constituir una evidencia arquitectónica excepcional de los siglos XVIII y XIX en Trinidad, se avanza en el remozamiento de las casas-hacienda de Guachinango y Buena Vista, pieza clave del programa de rehabilitación integral del Valle de los Ingenios, rectorado por ese organismo estatal desde el 2009.
De acuerdo con Reinier Rendón Fernández, delegado del Mintur en Sancti Spíritus, en Guachinango ya finalizó la consolidación estructural de la cubierta de la vivienda, sustituida prácticamente completa, y se aceleran las labores en la cocina y el restaurante de esta casona —única sobreviviente en el valle vinculada con una hacienda ganadera—, que dispondrá de dos habitaciones para el alojamiento turístico.
El directivo aludió, igualmente, a las intervenciones emprendidas las paredes interiores y exteriores del inmueble, que requieren de extremo cuidado dada la existencia de pinturas murales y otros elementos decorativos originales.
Fuerzas de la Empresa de Servicios al Turismo y otras de apoyo también asumen la rehabilitación de la casa-hacienda de Buena Vista, con marcada singularidad en toda la región pues su arquitectura está más cercana al estilo neoclásico europeo, que a la corriente vernácula que se estilaba en su tiempo.
En dicho inmueble ya finalizaron la consolidación estructural, los repellos interiores y exteriores y la sustitución de la carpintería, al decir de Rendón Fernández, quien destacó que la restauración es seguida técnicamente por los especialistas de la Oficina del Conservador de la Ciudad y del Valle de los Ingenios.
El delegado del Mintur en Sancti Spíritus comentó acerca del alto volumen de trabajo que resta en el área exterior, que abarca, entre otras acciones, la construcción de una cafetería y el fomento de la jardinería, una de las distinciones de esa mansión desde la etapa colonial.
La rehabilitación de las casas-hacienda de Guachinango y Buena Vista —diseñada con cuatro habitaciones para el hospedaje— se prevé concluir en la primera mitad del actual año, según Reinier Rendón.
A pesar de que el Valle de los Ingenios tiene reservas para disponer de alrededor de un centenar de habitaciones en el 2030, sus ofertas principales serán extrahoteleras, con amplias posibilidades para el desarrollo del senderismo y de las excursiones.
La fase inicial del proyecto de recuperación de las mansiones en esa región comprende ocho inmuebles —hoy en diferentes fases—, acometidos por el Mintur (Buena Vista, Guachinango, Las Bocas, Algaba y Manaca Iznaga), la Oficina del Conservador (Guáimaro y San Isidro de los Destiladeros) y por la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna (El Abanico).