3 jul. La Casa de la Guayabera, que resguarda hoy la mayor recopilación de la prenda nacional cubana, reabrió sus puertas tras una reparación de su inmueble, considerado joya del estilo neoclásico en la ciudad de Sancti Spíritus.
Carlo Figueroa, director de la institución, destacó entre las mejoras más significativas la ampliación de la sala donde se exhibe transitoriamente una muestra de las 250 guayaberas de la colección. Dicho espacio se fusionó con el taller de costura La Alforza, creando así una presentación dinámica, que permite al visitante apreciar cómo se elabora una guayabera in situ y conocer la historia de la camisa espirituana.
En el edificio, conocido como también como Quinta de Santa Elena y ubicado en la parte más antigua de la ciudad, el área donde tienen lugar exposiciones y conferencias ha sido nombrada Sala Lourdes Caro, en homenaje a esa emblemática artista espirituana. “Otros cambios vendrán en lo sucesivo, pero uno de los primeros será regresar a nuestras noches El Caro Bar, una propuesta que tuvo mucha aceptación en la Galería de Arte Oscar Fernández Morera por las descargas de boleros dedicadas a la generación que rebasa los 40 años”, explicó Figueroa.
Según el especialista, la Casa de la Guayabera, reconocida por su labor en la difusión y cuidado del patrimonio local, aspira ahora avanzar en ese objetivo con la apertura de un espacio literario y otro dedicado a personajes distinguidos de la urbe que ya cuenta con más de medio milenio de historia. La colección de guayaberas alberga piezas de personalidades de la cultura, el deporte, la política y la sociedad como Fidel Castro, Gabriel García Márquez, Miguel Ángel Asturias o los exmandatarios Hugo Chávez y Rafael Correa, refirió además Figueroa.
Desde hace más de una década, el proyecto sociocultural La Guayabera despliega una valiosa labor en el resguardo de los valores de la pieza típica, declarada desde 2010 como prenda de vestir del ceremonial diplomático del Estado y Gobierno cubanos.
Entre sus características de rigor, la guayabera posee bordes y aberturas que la distinguen de una camisa común, así como una veintena de botones y filas de cinco pliegues - dos al frente y tres en la espalda-, en forma de alforzas.