8 dic. Pocas ciudades de Cuba reúnen tanta gloria como Sagua la Grande: personalidades del arte, la historia y la medicina. Sagua une la maravilla de su naturaleza —su río, sus mogotes, su bahía— a una portentosa ciudad edificada durante el siglo XIX y la primera mitad del XX.
Este 8 de diciembre, cuando la ciudad arriba a su aniversario 204, ofrecemos una lista de siete maravillas sagüeras -naturales, humanas o arquitectónicas- que invitan a descubrir el resto de la ciudad y su entorno.
1-Palmita de Jumagua: Entre sus amplios privilegios naturales, la región de Sagua la Grande también posee una de las palmas más singulares del mundo. La palmita de Jumagua o Hemithrinax ekmaniana solo crece en varios de los Mogotes de Jumagua, una reserva ecológica al oeste de la ciudad. Por su extremo endemismo se considera una especie en peligro crítico.
Los mogotes sagüeros —único reducto donde prospera la palmita de Jumagua— constituyen un verdadero islote ecológico: se consideran la última huella de los antiguos bosques que antes cubrían la llanura norte de Las Villas, actualmente deforestada. En ese espacio natural, de amplios valores naturales, históricos y culturales, se hallan 11 cuevas y varios sitios arqueológicos. Allí mismo crecen más de 400 especies de plantas, y viven varios centenares de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y moluscos (muchas veces endémicos).
El 6 de octubre de 1863 los mogotes y la palmita de Jumagua fueron incluidos en el cuartel superior del Escudo Municipal de Sagua la Grande. La palmita, además, representa a la región histórica de Sagua en el escudo de Villa Clara.
2-Reloj de la Iglesia Parroquial: En Sagua la Grande el tiempo cobra una connotación más sonora que inexorable. Desde 1914, el reloj de la iglesia parroquial de la ciudad marca ininterrumpidamente las horas.
Se trata de una pieza de la más antigua fábrica de relojes de América, la Seth Thomas Clock Company. Fue donado por el alcalde sagüero Delfín Tomasino en memoria de su esposa. De las campanas activadas por el reloj, inseparables ya de la noción de tiempo, el ensayista sagüero Jorge Mañach diría: «suenan hondo como una cuerda de guitarra; atropelladas como en alarma; optimistas o fúnebres; netas a veces, y a veces como si estuvieran gloriosamente rotas».
El reloj se encuentra en la iglesia parroquial de Sagua la Grande, considerada por el arquitecto cubano Joaquín Weiss como el mejor exponente de los templos neoclásicos del interior del país.
3-Puente del Triunfo: Aunque ahora se somete a un proceso de reparación, todavía el puente más antiguo de la ciudad une a los sagüeros de una y otra orilla del río Undoso. El Puente del Triunfo (sistema norteamericano Pratt) fue erigido en 1905 sobre el río más largo de la vertiente norte de Cuba. Abajo, las aguas del Undoso conducen a los pescadores hacia el puerto marítimo de Isabela de Sagua.
4-Palacio Arenas Armiñán: Se considera una de las siete maravillas de la arquitectura en Villa Clara. Los especialistas cubanos lo consideran una joya del art nouveau y, posiblemente, de uno de los edificios de este estilo más íntegros de Cuba. Fue edificado en 1918 por una familia de comerciantes sagüeros; los Arenas Armiñán. Los detalles de su construcción, sus motivos moriscos, sus murales interiores, sus ornamentos y hasta la propia inspiración art nouveau, siguen siendo un misterio para todos los amantes de la arquitectura.
5-Tumba de Higinia Velia de Picasso: Da pie a una de las leyendas más extraordinarias de la historia de Sagua la Grande. Higinia Velia de Picasso fue una dama de la aristocracia sagüera de la primera mitad del siglo XIX, hija de uno de los fundadores de la ciudad. Algunos investigadores especulan que pertenecía a una rama de la familia Picasso, posiblemente la misma del pintor español Pablo Picasso. Amigos del autor de Guernica aseguraban que el propio artista siempre confirmaba la existencia de sus parientes cubanos. Las leyendas aseguran que Pablo Picasso estuvo en Sagua la Grande en busca de sus orígenes familiares. Pero ya nadie puede dar fe.
6-Wifredo Lam: El más universal de los pintores cubanos. Introdujo la cultura negra en la pintura cubana y desarrolló una renovadora obra que integra elementos de origen africano y chino. Sus cuadros también introdujeron un matiz negro y caribeño en el movimiento surrealista. De hecho, Lam se considera uno de los más originales exponentes del surrealismo en Latinoamérica, creador de un nuevo lenguaje pictórico que fusiona la herencia cultural afrocubana con las últimas vanguardias europeas. Fue amigo de Pablo Picasso y de otros pintores y poetas surrealistas que marcaron poderosamente su obra. En 1943 expuso en la Galería Pierre Matisse de Nueva York su obra La Jungla, que fue adquirida por el Museo de Arte Moderno. Wifredo Lam nació en Sagua la Grande el 8 de diciembre de 1902, precisamente en el aniversario 90 de la fundación de la ciudad.
7-Nikolis, el barco fantasma: El Nikolis, un antigua barco griego encallado en las cercanías de Isabela de Sagua, fue construido por encargo británico en astilleros norteamericanos, durante la II Guerra Mundial. Se trata de un Liberty, un navío botado con prisa para sustituir los buques hundidos por los submarinos alemanes durante la contienda bélica de 1939 a 1945. El Nikolis, que terminó siendo propiedad de los griegos, navegó durante más de dos décadas, entre 1944 y 1967. Casi por azar acabó como un espectro que los isabelinos divisan, a lo lejos, desde sus costas.