Trinidad amplía sus ofertas de gestión no estatal

Trinidad amplía sus ofertas de gestión no estatal

17 jul. La tercera villa fundada por los españoles en Cuba, que durante siglos ha estado como detenida en el tiempo, se mueve al ritmo del ascenso en las llegadas de visitantes desde todas partes del mundo.

Trinidad conserva estrictamente sus valores arquitectónicos: plazas, templos, palacios, viviendas,  calles empedradas; sin embargo, sus pobladores se han adaptado al nuevo entorno económico, asimilando novedades y oportunidades.

Un sinnúmero de inmuebles se ha reestructurado o adaptado para recibir con beneplácito a cientos de turistas que cada día invaden la comarca en busca de añejas tradiciones, un patrimonio muy bien conservado, paisajes exuberantes, playas y montañas: combinación casi exclusiva de la geografía cubana. Cuando la cantidad de  habitaciones en el sector estatal fue insuficiente, nacieron hostales y paladares para acoger a los visitantes; movimiento en ascenso desde hace cinco años, que permitió a la ciudad duplicar su capacidad de alojamiento.

Hoy, más de 1 300 hostales ofrecen una atención personalizada a sus clientes, que disfrutan además de la vida familiar de sus anfitriones.

Por otra parte, alrededor de 90 paladares y 120 puestos de gastronomía ligera de gestión privada se suman a la amplia oferta gastronómica del territorio, ofreciendo propuestas que abarcan desde una cena gourmet hasta un bocadillo callejero.  No es ajena la vida cultural a esta tendencia de desarrollo local: 81 galerías de arte se muestran en casas particulares y cientos de artesanos ofrecen sus mercancías, exquisitamente elaboradas, en ferias y puestos de la ciudad.

El auge de los servicios turísticos se irradia al colindante Valle de los Ingenios, donde varias de las haciendas y casonas se están recuperando también para crear capacidades de alojamiento. Todo en aras de diversificar y mejorar más aún las propuestas de Trinidad, villa que ya es icónica si de viajes a Cuba se trata.