Turismo en Cuba: un motor económico con impacto social

Turismo en Cuba: un motor económico con impacto social

29 may. Durante una reciente emisión del programa televisivo Mesa Redonda, autoridades cubanas analizaron el papel clave del turismo como impulsor del desarrollo nacional.

Susset Rosales Vázquez, directora general de Planificación y Desarrollo del Ministerio de Economía y Planificación, destacó que este sector ha sido identificado como estratégico en el Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030 por su capacidad para generar beneficios económicos, sociales y ambientales. 

Desde el punto de vista económico, expresó, el turismo se ha convertido en una de las principales fuentes de divisas para el país. A diferencia de otras exportaciones que pueden demorar meses en materializarse, los ingresos turísticos fluyen de manera constante y directa. Estos recursos no solo fortalecen el sector mismo, sino que también financian prioridades en áreas como la salud, la educación y el desarrollo de infraestructuras que benefician directamente a la población. 

Señaló que el efecto multiplicador del turismo se extiende a diversos sectores productivos. La agricultura local se dinamiza al abastecer a hoteles y restaurantes, mientras que el transporte, la cultura y la innovación tecnológica encuentran en esta actividad un aliado para su crecimiento. Artistas, músicos y artesanos cubanos han visto en el turismo una fuente estable de ingresos y empleo, al tiempo que plataformas digitales y servicios de conectividad se expanden para atender las necesidades del sector. 

Según Rosales, el turismo ha demostrado ser un catalizador del desarrollo social y ambiental. La demanda turística ha impulsado la restauración de sitios históricos como La Habana Vieja y ha contribuido a la protección de áreas naturales como el Parque Nacional Viñales y la Reserva de la Biosfera Guanahacabibes. Proyectos de ecoturismo y la adopción de energías renovables reflejan el compromiso del sector con la sostenibilidad ambiental. 

En el ámbito de las infraestructuras, Javier Toledo Tápanes, vicepresidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, explicó cómo el turismo ha financiado obras clave para mejorar el suministro de agua en comunidades. En los últimos tres años, se han construido más de 125 km de conductoras y 350 km de redes de abasto, beneficiando a más de 300,000 personas en provincias como Holguín, Camagüey y La Habana. 

“Las obras inducidas al turismo son para nosotros una oportunidad para el desarrollo. Los sistemas de acueducto, cuya administración ha pasado a Recursos Hidráulicos, han mejorado estos servicios. Hay un aporte importante del financiamiento del turismo en cuanto a asegurar la sostenibilidad de todas estas obras”, dijo.

Por otra parte, William Díaz Dueñas, director general de la Empresa Comercializadora Fruta Selecta, dialogó sobre el uso del retorno de las divisas que obtienen del sector del turismo. “Hemos comprado con estas divisas un grupo de facilidades para los productores, para que trabajen más cómodamente y así tener producciones de calidad con un valor agregado”. Hizo notar que no hay producciones específicas para el turismo; solo se destina determinada cantidad a ese sector y a otros, en dependencia de las necesidades.

“A pesar de que tenemos un gran compromiso como proveedores del turismo, también debemos asegurarnos de la calidad de lo que comercializamos”, ratificó el directivo.

Desde la perspectiva de las empresas turísticas, el Grupo Hotelero Gran Caribe, con más de 13,900 habitaciones en siete destinos, ejemplifica cómo el turismo puede combinarse con la preservación patrimonial. Propiedades emblemáticas como el Hotel Nacional de Cuba no solo atraen visitantes, sino que también generan empleo y apoyan proyectos sociales en sus comunidades. Así lo destacó Yosjady Ferrer, vicepresidente de Mercadotecnia del grupo.

“No son solo edificios; son símbolos de nuestra identidad que atraen tanto a visitantes internacionales como a cubanos”, explicó Ferrer. Destinos como Varadero, Cayo Largo del Sur o el recién revitalizado Parque Escalera de Jaruco (con su nueva pared de escalada natural) reflejan esta estrategia de diversificar la oferta más allá del alojamiento.

Con más de 10 200 empleados, el grupo enfatiza su rol social. Ferrer recordó iniciativas como apoyo a hogares maternos, escuelas para niños con necesidades especiales y proyectos comunitarios. “Los beneficios económicos se traducen en mejoras para las familias y los territorios donde operamos”, afirmó.

Por su parte, el Campismo Popular, con 98 instalaciones en toda la isla, sigue cumpliendo su misión de ofrecer opciones recreativas accesibles para las familias cubanas. Gabriela Molina, vicepresidenta primera de la organización, explicó que se ofrecen opciones económicas y cercanas a la naturaleza; y, más allá del enfoque nacional, el campismo ha incursionado en el turismo foráneo con villas y paradores de carretera —como el recién inaugurado Costa Sur en Guantánamo—, que conectan destinos y generan divisas. Un ejemplo emblemático es la Villa Internacional Guajimico, en Cienfuegos, donde el buceo se combina con agroturismo y proyectos comunitarios, como la colaboración con el jardín botánico local para rescatar tradiciones. “Esto enriquece el patrimonio turístico y aporta a la economía”, subrayó Molina.

En conjunto, estos ejemplos ilustran cómo el turismo en Cuba trasciende lo económico para convertirse en una fuerza transformadora que protege el patrimonio natural y cultural y construye puentes hacia un desarrollo más sostenible e inclusivo. Como señaló Rosales Vázquez, "en esta concepción, todas las personas participamos y aportamos al desarrollo del turismo".