En la capital cubana, Ciudad Maravilla del Mundo, son numerosas las estatuas dedicadas a distintos personajes de la historia y la cultura nacionales y foráneas. La mayoría de ellas se caracterizan por su estilo monumental, forman parte de conjuntos escultóricos o bien se limitan a mostrar el busto de la persona que representan.
Sin embargo, en los últimos años ha tomado fuerza la tendencia de exponer las efigies a tamaño real e integradas con su entorno: en posturas naturales, entremezcladas con los caminantes, o en los gestos y lugares que les eran comunes en vida.
Hoy proponemos una selección que incluye diez de estas “estatuas realistas” en La Habana.
1. José María López Lledín, el Caballero de París
A unos pasos de la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, esta estatua -realizada en bronce por José Villa Soberón- es de gran popularidad entre los visitantes locales y extranjeros, quienes toman su mano, tocan su barba o se hacen una fotografía a su lado.
José María López Lledín era el verdadero nombre del Caballero de París, un personaje real que llegó a Cuba procedente de Galicia a principios del siglo XX. Luego de perder el juicio y alrededor de los años 50, comenzó a deambular por las calles con ropas negras, barba y pelo desgreñados, una carpeta con papeles y una bolsa con sus objetos personales. Hombre de gran simpatía personal a pesar de su enfermedad, saludaba a todos, discutía sobre religión, política, filosofía y tenía especial cortesía para con las mujeres. Lugares como la Plaza de Armas, el Parque Central, el Paseo del Prado, la Avenida del Puerto o la esquina de 23 y 12 fueron los preferidos de este caminante singular.
2. Cecilia Valdés
Protagonista de la novela de ficción “Cecilia Valdés o la Loma del Ángel”, publicada en 1839 bajo la autoría de Cirilo Villaverde. Cecilia, la hermosa hija ilegítima de un acaudalado español y una mulata, será víctima de una relación incestuosa con su medio hermano en el contexto económico, social y político de la Habana colonial.
La estatua está emplazada frente al atrio de la Iglesia del Santo Ángel Custodio -principal locación de la novela mencionada- y es obra del artista Erig Rebull.
3. Ernest Hemingway
Acodado en la barra de su cuartel general –el restaurante bar Floridita- el escritor norteamericano, Premio Nobel de Literatura en 1954, acompaña a los clientes de la famosa instalación.
Junto a La Bodeguita del Medio, el hotel Ambos Mundos, la Finca Vigía, los Jardines del Rey y el Pueblo de Cojímar, el Floridita forma parte de los lugares donde permanece la impronta de Hemingway en Cuba. La estatua, obra de José Villa Soberón, es hoy un atractivo permanente del lugar, también llamado “Cuna del Daiquirí” y que este año arriba a su aniversario 200.
4. Santa Teresa de Calcuta
Se encuentra en el jardín que lleva su nombre, situado en el fondo de la Basilica Menor del Convento de San Francisco de Asís. Es una escultura en bronce, también del santiaguero Jose Villa Soberón, y rinde honores a la distinguida religiosa, Premio Nobel de la Paz en 1979 y canonizada por el Papa Francisco en 2016.
La estatua y el Jardín que la alberga representan un atractivo espacio religioso, cultural y de esparcimiento para quienes visitan el Centro Histórico. Sus tupidas arboledas, el frescor de sus senderos y la agradable vista hacia la Avenida del Puerto, son sin dudas el escenario ideal para el descanso, la meditación o el disfrute de los espectáculos que allí se presentan.
5. Antonio Gades
Gran amigo de Cuba y de su pueblo, el bailarín y coreógrafo español quedó inmortalizado en una escultura apoyada en las columnas del Palacio del Conde de Lombillo, en la Plaza de la Catedral. Esta posición recuerda las tardes en que Gades recorría la plaza habanera, para luego pasar las veladas en el cercano bar El Patio.
Villa Soberón fue el encargado de crear esta figura en bronce, inaugurada en abril del año 2007.
6. John Lennon
En la barriada de El Vedado, la intersección de las calles 19 y 4 aloja un parque donde los paseantes descansan, los niños se entregan a sus juegos y el famoso músico inglés, sentado en un banco, da la bienvenida a quienes se le acercan.
En la actualidad el parque es sede de diversas actividades culturales como conciertos y concursos de baile. Muchas son las personas que llevan flores al ex Beatle, se sientan a su lado o se toman fotos junto a él. A unos metros del lugar, el salón “Submarino Amarillo” acoge en las noches a los amantes de la música hecha por los cuatro de Liverpool.
Salida de las mágicas manos de Villa Soberón, la estatua de John Lennon en La Habana se inauguró en el año 2000 por Fidel Castro.
7. Federico Chopin
La imagen del pianista y compositor polaco sentado en un banco fue inaugurada en el año 2010 en la Plaza de San Francisco de Asís, como culminación de los festejos por el bicentenario del artista. La escultura presenta a Chopin en la postrera etapa de su vida, en la que el músico ya estaba enfermo, aunque se mantenía activo.
El rostro fue copiado de los dibujos que se le hicieron en su último año y de la única foto que se le conoce. La obra es del escultor Adam Myjak, y hoy es un punto de referencia del Centro Histórico, donde las quinceañeras acostumbran a tomarse fotos.
8. Julio Antonio Mella
En las afueras de la capital cubana, la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) es fruto del programa de transformaciones educacionales y sociales conocido como Batalla de Ideas. En una de sus plazas, el líder estudiantil Julio Antonio Mella (1903-1929) baja las escaleras con sus libros en la mano, eternizado en una obra de José Villa Soberón.
Durante su corta vida, Mella supo convertirse en uno de los más relevantes protagonistas de las luchas contra la dictadura de Gerardo Machado. Fue asismismo una figura clave en la organización de la resistencia estudiantil universitaria en La Habana y en la fundación del primer Partido Comunista de Cuba.
Hoy, los estudiantes de la simbólica institución lo recuerdan y a la vez lo sienten como uno de ellos.
9. Gabriel García Márquez
El entrañable amigo de Cuba y escritor fecundo, vive hoy bajo la forma de una escultura de bronce a tamaño natural, en los jardines del Palacio del Marqués de Arcos, antigua sede del Liceo Artístico y Literario de La Habana y situado en el corazón del Centro Histórico.
La estatua –Villa Soberón es su escultor- fue recientemente inaugurada en el contexto de la XXVI Feria Internacional del Libro de La Habana, coincidiendo con el medio siglo de la novela Cien Años de Soledad, que (junto a otras obras claves) le valiera el premio Nobel de Literatura a García Márquez en 1982.
El novelista se representa aquí con una rosa en la mano y vestido con el liquiliqui (vestidura típica de Colombia y Venezuela) que usó para recibir su premio. Una copia de la efigie se encuentra en el Museo del Caribe en Barranquilla.
10. José Martí
Como broche de oro, cierra esta selección de estatuas realistas habaneras el Héroe Nacional de Cuba, cuyos recuerdos e imágenes son parte entrañable del día a día en la Mayor de las Antillas.
Sin embargo, la que tratamos tiene la peculiaridad de reflejar a Martí con apenas 17 años, uniforme de presidiario y grilletes en los pies, durante la época en que fue “el preso 113” que cumplía condena en las canteras de San Lázaro, actual Fragua Martiana.
Museo, centro comunitario y tribuna, La Fragua Martiana es constantemente visitada por escolares, investigadores, turistas y es destino de la tradicional Marcha de las Antorchas que cada año se realiza conmemorando el natalicio del Apóstol de la Independencia cubana.
Obra del artista Villa Soberón, la estatua fue develada el 28 de enero de 2003.