2 mar. El territorio de la Isla de la Juventud, ubicado un centenar de kilómetros al sur de La Habana, destaca en el escenario turístico por sus opciones de naturaleza, playas e inmersionismo, y por las muy diversas denominaciones que recibiera a través de los siglos.
Separada de la isla grande por el Golfo de Batabanó, fue descubierta por Colón en 1494 y bautizada como La Evangelista, uno más en su larga lista de nombres. Siguanea, Camaraco y Guanaja para los aborígenes, a lo largo de su historia ha adoptado alias como Isla de las Cotorras, Colonia Reina Amalia, Isla de los Piratas e, incluso, Isla del Tesoro, pues cuentan que Robert Louis Stevenson se basó en el pasado de esta isla como base de piratas, para escribir su famosa novela.
Los españoles la conocieron también como Isla de los Deportados, luego se llamó Isla de Pinos por los bosques que cubrían la región, para finalmente adoptar su nombre actual en honor a los jóvenes procedentes de toda Cuba que llegaron a apoyar la recuperación de esta zona tras el paso del huracán Alma en 1978.
Su capital, Nueva Gerona, fue fundada en 1830 bajo el nombre de colonia Reina Amalia en honor a la entonces esposa del rey Fernando VII y presenta una preservada arquitectura ecléctica, marcada por singulares detalles del neoclásico.
Aún hoy la Isla de la Juventud posee espesos bosques tropicales donde se localizan iguanas de gran tamaño, jutías, palomas y puercos cimarrones, entre otras especies de animales conservados en su entorno natural.
Asimismo, en su extremo suroccidental a 122 kilómetros de Nueva Gerona, se localiza en un área de cuatro mil hectáreas el Parque Nacional Marino Punta Francés, con uno de los ecosistemas costeros mejor conservados del país.
Precisamente en esa área se ubica la zona de buceo vinculada al Hotel Colony, con un tramo de costa de seis kilómetros de extensión -localizado entre Punta Pedestales y Punta Francés- que muestra un entorno marino único.
Para los amantes de las actividades subacuáticas están listos 56 sitios de inmersión, varios de ellos con importantes colonias de corales, gorgonias y esponjas, además de la existencia de cuevas, pasadizos y túneles.
Los expertos destacan en especial la belleza espectacular de puntos de inmersión con los nombres de Pared de Coral Negro, Túnel del Amor, Cueva Azul, El Pasaje Escondido, Cueva de los Sábalos, Piedra de Coral, EL Salto, Ancla del Pirata, Paraíso de las Levisas y Pequeño Reino. Un atractivo adicional es el pecio donde se encuentran sumergidas las naves de carga Jibacoa y la militar Esparta, convertidas en alojamiento para una amplia gama de corales de colores, algas, esponjas y crustáceos.
Entre los límites del parque nacional y el norte de la isla, se encuentran los principales asentamientos de población, como la mencionada capital, Demajagua o La Fe. Allí se localizan también las calas más populares, como Playa Bibijagua, famosa por ser la única playa de arena negra de toda Cuba –debido a la erosión de las rocas de mármol que abundan en la isla–, pero también Paraíso, El Gallego, Punta Piedra, Buenavista y Guayabo.
Mención aparte merecen la serie de cavernas ubicadas en la Punta del Este, antaño hogar de aborígenes que dejaron plasmadas en sus paredes numerosas pictografías de elaborado diseño. Especialistas han dado al lugar la denominación de Capilla Sixtina del Arte Rupestre en el Caribe, por la variedad y calidad de las imágenes.
En el plano histórico, los amantes de las tradiciones disponen del museo Finca El Abra, declarado Monumento Nacional, que recoge aspectos de la estancia del Héroe Nacional José Martí en el lugar luego de su salida de las cárceles españolas, así como algunos de sus objetos personales.
También es posible visitar el antiguo Presidio Modelo, instalación única de su tipo en América Latina, que recoge las características del sistema carcelario desde la década de los años 20 hasta la etapa revolucionaria y donde estuviesen recluidos Fidel Castro y otros combatientes tras el asalto al Cuartel Moncada en 1953.
Hoy, la Isla de la Juventud puede alcanzarse por aire con Cubana de Aviación -que opera vuelos desde La Habana hasta Nueva Gerona- y por mar, a bordo del catamarán que cubre la distancia entre Batabanó y Nueva Gerona dos veces al día.